La palabra ansiedad se utiliza para describir la respuesta mental y física que se produce ante situaciones de peligro. Se trata de una reacción normal que experimenta todo el mundo a veces (por ejemplo, antes de una prueba médica, al hablar en público, antes de una cita importante, etc.). Puede proporcionarle una ayuda adicional para escapar del peligro o darle una energía mayor para completar las tareas que tiene pendientes. Entendida como tal, es un mecanismo de defensa del organismo y por tanto no necesariamente negativa. Por lo tanto, el objetivo no es suprimirla sino aprender a controlarla.
Se trata de vivir con menos ansiedad y no de vivir sin ansiedad. La ansiedad se convierte en un problema cuando los síntomas son:
- · Graves y desagradables.
- · Duran mucho tiempo.
- · Ocurren con demasiada frecuencia.
- · Si aparecen ante situaciones que realmente no deberían ser estresantes.
- · Si nos impiden hacer lo que queremos hacer.
¿Qué causa ansiedad?
Hay muchos posibles factores desencadenantes de la ansiedad. A menudo se inicia durante los períodos de estrés psíquico o físico. Algunos ejemplos de estrés psíquico son: romper una relación, discusiones graves, presión del trabajo, problemas económicos, pérdida del alguien cercano, etc. Algunos ejemplos de estrés físico son: falta de sueño, enfermedad física, abuso de alcohol o drogas, accidentes de tráfico, etc. Existen algunas personas que son más vulnerables y tienen, por tanto, mayor predisposición a padecer ansiedad, ejemplo, aquellas que tienen una personalidad ansiosa con tendencia a la preocupación excesiva, aquellas que han tenido experiencias difíciles en la infancia, etc.
Consejos:
- Ejercicio Físico
- Buenos hábitos de sueño y alimentación
- Sentido del humor
- Meditación